[1]
Una oscuridad sempiterna se aproxima a mi calvario.
deambulo despacio, encuentro poco para afrontar el destierro a este nuevo desierto.
Hago la pregunta y la pregunta es insignificante
En la academia sólo importan los stats, los papers, el reconocimiento de la gente sin desierto.
Pero yo me aferro a mi calvario, a la soledad de esta otra patria
al brillo de luciérnagas imaginarías que merodean mis oídos
Un mundo fantasmal sin techo
Todo ocurre
Y – en consecuencia - nada ocurre
Dentro de mi aposento.
[2]
-Acércate a tus pares, has murmurado.
Pero no tengo pares, tan sólo el olor cristalino de esta tierra,
Mi alma abandonando el cuerpo para elevarse.
No quise soslayar tu presencia
En este poema somos dos
-Con la bendición de tu madre y este ácido, he recuperado la alianza-, has dicho.
Mas ahora no la quiero
Devuélvela y déjame solo
los latidos para danzar con la muerte.
[3]
Exhumé tu cuerpo a la mañana siguiente
Te encontré contrito, reducido a cenizas y arena
Para tu epitafio nada se ha escrito
La podredumbre invade la tumba contigua
Nadie llora. Toma este tarro de flores avejentadas
Guárdalas junto al claro de tu corazón inerte
La melodía pausa, el silencio se avecina
Tu sufrimiento ha terminado.
- Autor: Macarín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de junio de 2021 a las 11:08
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 19
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid, Nelly Castell
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