Certeza de tu palabra llena de anhelos
Que dulcemente en mis oídos descansa
De tus besos que palpitan sublimes
Y mis labios guardan ingenuos,
deshojando el alma
Certeza de tu mirada delirante,
Sujetando la nube, iluminando la tarde
Amorosa, piadosa, desatando tempestades
Convertida en brisa, en sol y campo
Certeza de tu sonrisa apasionada
Que enmudece el aire, y arrebata los sentidos
Estrujando el vientre, enlazando orgasmos
Entre abrazos íntimos, que te elevan y engendran
Certeza de tu rostro angélico, inmutable
Pleno de pasión y ansias, de fulgor y desvarío
Donde se refleja el rio, arrullando libertades
Donde nace la montaña y expira el frío
Certeza de tu pecho puro y tus senos incendiarios
Donde palpita la pasión, y la hombría deja huella
Donde nutres la vida, y maldices la mentira
Donde el amor deja surcos y la caricia los germina
Certeza de tu vientre como aurora,
De piel nívea donde me pierdo y me encuentro
Donde descansa mi rostro, en tu tibieza y misterio
Donde fecundamos la vida, esperando el mañana
Certeza de tu alma buena
La que tomó mi mano, la que descubrió la esfera
La que creó el camino, y encontró la estrella
La que reveló la vida y acabó la espera
- Autor: Jose Barrientos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de junio de 2021 a las 10:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
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