Se iba destilando la mañana
entre el fragor del tiempo
que volaba por caminos de plata.
¿Te marchas?, pregunté...
y sin volver la vista...me marcho...
respondiste, con mirada triste.
Te entiendo, tu a mí no, pero te entiendo.
Quizás alguna vez podrás saber
lo cansado que puede resultar
vivir y morir al mismo tiempo.
Esa vida que es vivir muriendo,
morir de cansancio...rompiendo los sueños,
preñado de rabia, henchido de celos,
caminando descalzo sobre puñales de hielo...
Pero, ¿Qué o a quien puede importar?.
Acaso no quiero entender o no entiendo
que pasó mi verano...
que ha llegado mi invierno,,,
Caminante...si no es mucho esfuerzo...
al viento del Norte...
dale las cenizas de mi cuerpo muerto.
. . . . .
Allí, en la verde hierba...entre los álamos
hay un nido triste.
¿No te acuerdas...?, es el nuestro...
y está tan solo el pobre lecho...
¡Está tan triste, está tan quieto¡
Está pensando en tu silencio...en mi silencio.
¡ Caminante¡...recuerda...al viento del Norte...
las cenizas... de mi cuerpo muerto.¡
- Autor: p6g5n ( Offline)
- Publicado: 26 de junio de 2021 a las 05:46
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z., Augusto Fleid, Texi
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