Ya no bebo de su amor.

Te embriagaste de sus besos hasta la inconsciencia

bebiendo del recuerdo hasta el anochecer,

esperanzado de que desaparezcan tus carencias

ebrio de su amor te acabas de volver.

 

Regocijándote en la mesa del romance

has perdido la cuenta y ahora te das cuenta,

no quieres parar te gusta ese trance

 

Hasta que te levantas por voluntad

desfalleces en la misma mesa,

no mires atrás sal de ese bar con brevedad.

 

El dolor me llama por aquella decisión

pues hay amores que no nos pertenecen

y aunque a veces besos a su copa me apetecen

estoy rehabilitándome de aquella adicción.