Házme creer que la PAZ, no es una GUERRA y déjame dormir en sus riberas. Avísame, cuando la lluvia inunde los caminos.
Déjame pensar que canta para mí, la primavera, que se pinta de azul el arcoiris y se cubren de amor, todos los cielos.
¡La paz, no es una guerra!
Ojalá, cantar pudieran las gaviotas y quiera dios, poder tuvieran los cometas.
Que finitas son las penas de la copla y largas las heridas del romace.
¡La paz, no es una guerra!
¡Convénceme!
Dime, que todo lo que veo,
es mentira, que no hay claveles doblados por la ira, ni fervores adheridos a los huesos, de todo su cuerpo.
Dime, que no hay ramilletes de dolores impresos en el alma.
¡Dime que la paz, no es una guerra!, échale, un vistazo al tiempo, levántale los justanes a la historia y abre sus puertas.
Revisa su alcoba, sé que usa lentejuelas y búsca en su joyero, si alguien, cambió los azulejos de sus suelos, el tiempo lo dirá.
¡Júrame!
Que la historia, no es un juego de titanes, que la paz, no es una guerra y que a la memoria, no le robaron los Terabytes.
mbf@vicsof 8721.10:55am
- Autor: Mariela Briceño Fuentes (mbf@vicsof) (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de julio de 2021 a las 13:04
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Augusto Fleid
Comentarios1
Ortunyo desde el 6 de enero del 2020 nadie me saca de la cabeza, que la paz nos ha tomado el pelo. Gracias por su visita, mi estimado poéta.
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