Entre tus manos
recoges una rosa
que te regalo.
Pequeño premio
a un beso que me diste
sin yo esperarlo.
Así que en paz,
te digo, con mis ojos,
burlonamente.
Pero la rosa
con ser maravillosa,
no es suficiente.
Y es que tu beso
llegando hasta mis labios
me estremeció.
Llenó mi alma
de amor y de ternura
por mucho tiempo.
Y hoy es el día
que sigo recordando
aquel instante.
Siento tus labios
ahogando mis palabras
llegar a mí.
Y aquella rosa
de seda, apasionada
me cautivó.
Cuando la vi
sentí vibrar mis labios
y la besé.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/01/21
Cuadro romántico que hemos leído tantas veces, e incluso, hemos visto a través del cine y del teatro. Instantes así se quedan grabados en la memoria y florecen en el recuerdo, de tarde en tarde, como diciéndonos que rescatemos esa parte sensible que aún existe en el alma.
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