En el seco y polvoriento recodo del camino
suspira su aflicción, Santiago, el joven penitente
el que apenas siente rumoroso el frío celaje marino,
ávida en el ocaso solar, la gris nostalgia recurrente.
Van ya tres años de la tan oscura y triste despedida,
sello del beso clausura en la procelosa rada porteña,
amor medroso de una cierta aventura nunca concebida
fragilidad del destino bascular de aquella pena extremeña.
Toma lloroso, sombra de las acacias, esas cartas ultimátum
lágrimas escritas que aún mojarán las equívocas confesiones
cuando la benigna calma nocturnal quizás borre las aprensiones.
Daña áspero y filoso el agravio registral del tinto memorándum
mientras allá lejos titilan las luces casi olvidadas de su urbe devota,
nítida visión terminal de una meta ocluida en el ardor de la derrota.
- Autor: Charo. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de julio de 2021 a las 19:36
- Comentario del autor sobre el poema: Las victorias tienen el grato pulular de los vítores. Las derrotas -sobre todo cuando son personales- deben ser asumidas por el sufriente.Se necesita garra para superarlas sin que dejen huellas profundas en el alma..
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Martha patricia B
Comentarios1
¡Eso es, Ortunyo!
"¡Garras y anclas!" en el Camino de Santiago.
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