Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Sientes la cadencia remota de la muerte cuando es filtrada suavemente en la sangre del inocente infiel? Lo ves padecer malamente una suerte cruel por quién no se compadece de él cuando vuelve a caer a la tierra?
Rebelión: acto de fé...
Reverdece la hierba seca en mi palma hueca y el tiempo cae como débil arena al agua estéril de mi pena amarga...
... porque es larga la cadena que arrastra con tanta fuerza que bastaría para desplazar cordiyeras y alzar la mar fría contra ciudades de piedra oprimida...
Lo siento, lo sentí, y era bastante triste: me perdiste por impredecible, o te giraste y dejaste de seguirme al fin, pero sigo aquí esperando un descanso, sin morir, y tan vivo que descalzo camino hacia ti, por mi, así, desvestido de todo atavío, desenmascarado, separado de lo malo, de lo falso, de lo falto de sentido...
Lo siento tanto, el ardiente vigor acuático, este deseo que desatado es el amor yameante que ha de caer en alegre yanto para darme el placer ansiado...
Lo sentiré eternamente, en mente elevado, nacerme de mis ojos forjando un nexo, un lazo, un abrazo que suprima el espacio, un beso exquisito que se haga infinito a sí mismo como el alma en el vacío, secreto, misterioso, nebuloso espíritu desconocido incluso para nosotros que lo sabemos todo...
Estoy enamorado
de los trinos matutinos...
Soy un viento fugitivo
que viaja lejos
del suelo, del suplicio
de ser distinto...
El pájaro herido
ha vuelto a levantar el vuelo
con los ojos fijos
en aquel fuego que fulge en el cielo...
Enamorado de mi albedrío
hago este momento más mío
sintiendo un deseo aún insatisfecho
por subir a la noche oscura
y ser libre de unirme en un beso a la Luna
cuando toda su sangre yora...
Cae mi alma plubiosa
sobre el seno de la diosa
en busca de consuelo a la angustia...
Luego su ego eterno hará que suba
en pensamiento, sin forma,
para amarla con locura...
Blanca alumbrará la sombra
por fortuna nunca más sola...
Ciclos de la inconsciencia: el abandono por una vida honesta, la respuesta incontestable, la frase final siempre inacabada como esas aguas que tan rápidas van a parar a la mar...
Es en el desorden original donde germinan las reales almas... Nutriéndose solamente y nada más que del aire que pasa sin parar jamás...
... diamantinas míralas trás el cristal orbitar todas solitarias un alma de plata iluminada, escucha cuánto canta la noche para invocarlas, para hacerlas bajar la escala y encarnar en imágenes pesadas, efímeras casi, que apenas toleran las ráfagas del aire, las aguas de los mares, ni tocar la lava que resbala por la ladera del volcán... pero no tan tarde en materia se harán inmortales, con la esperanza de realizarse dioses terrenales sus pensantes corazones insondables...
- Autor: Romey ( Offline)
- Publicado: 17 de julio de 2021 a las 06:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: Haz Ámbar, Augusto Fleid, No soy Eris, mariapdfoxa, WandaAngel
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