Mas Alla del Oceano

Antonio Liz

Con todo orgullo y presencia militar, observo el panorama del océano que rodea mi embarcación. Capitán de la nave celestial, así se refiere todo aquel que le represento honor. Exploradores circulantes del todo océano, así como Cristóbal Colon. Pasivamente camino todo alrededor del barco,  presenciando cada saludo militar por mis hombres, por ser para ellos un ejemplo de puro liderazgo. Mi presencia es muy llamativa, ya que mi uniforme naval  me identifica como la salvación de todo lo que se nos aproxima. Agua y más agua nos rodea desolados, invirtiendo todo el tiempo preparándonos para lo desconocido y aventurado.

Nada que mirar, nada que esperar, todo es una infinita distancia que revela más espacio que navegar. El cielo despejado me indica que el clima anuncia su lealtad, ya que nos enseña que el mal tiempo nos espera en otro lugar. Mi jornada termina ya acercándose la noche, despidiéndome de mis oficiales y superiores. Mientras llego a mi camarote, me enfrento con mi verdadera realidad . Mi lápiz y mi diario, que se relacionan con un detalle que me emociona, la fuerza que me levanta, y la esperanza que siempre llena mi alma.

Querida Adela,

Hoy fue un día muy cariñoso, la brisa del océano me recuerda lo adorable que es amarte, porque empieza a dedicarme su frescura natural que tu misma escoges para amarme. Mis hombres exigen que soy de alto respeto, así como mi vida se llena de recordarte que eres una dama intocable de dolor y rencor. Me agrada como el cielo hoy día me señala la paz , y me da a entender que no existirá viento que me derrumbe de tu vida, y menos océano que me aleje de tus brazos.

Ya al próximo día, el cielo y el viento comparten mi alegría,  entregándome una réplica de ayer, sin preocupación de obstáculos  o alguna rebeldía. Sonrisas y humor obscenos descubre mi jornada, nadie quieto o entretenido, ya que firmemente se dedican a su labor con tiempo indefinido. Mientras que los cañones son intensamente limpiados, las sogas son fuertemente amarradas por si el viento nos traiciona sin esperarlo. Mi  noche con mis oficiales llega a su final, y es cuando en mi camarote empiezo nuevamente a recitar.

Mi Adela,

Hoy me siento nuevamente más enamorado, el día me recuerda mi sudor que  está disponible para quebrantar por ti. No existe trabajo inseguro o peligroso que no haga a tu favor, deja que me llegue lo imposible y lo injusto, porque prefiero llenarte de lo contrario a lo brusco. Solo inviertes  tu hermosura en mí, y mi dolor y quebranto que me ingiere el forzoso trabajo,  será recompensado con solo saber que tú estas a mi lado. Mi razón por amarte va más allá que un humor que revelarte, porque si es para que sonrías, entonces te recomiendo que rías por esa felicidad de nuestro hogar y futura familia.

Muy de madrugada, la puerta de mi camarote recibe tres desesperados golpes que me indican que mi presencia es requerida en la cubierta. El viento y los truenos azotan más y más mi agonía, voces de hombre al agua invaden mi odio, y mi atención se inclina más mi tripulación. Mientras  que el viento y las olas golpean mi alrededor, un fuerte golpe me lleva a despertarme en mi camarote con frente ensangrentada y labio partido en dos. Mi corazón se exalta al despertar, y el cocinero me explica que la botavara me llego a pegar.  Ya de mañana, a mi Adela le tengo que comentar.

Amor mío, 

Sin duda alguna ahí heridas que duelen más que aquellas que un doctor puede curar. Cuanto he sangrado y cuanto he agonizado al solo pensar que estoy viviendo un sueño ilusionado. Me duele al pensar que solo vives en mis sueños y no en mi realidad, tanto es mi amor por ti, que no quiero coger el riesgo que no existes en mí. Que la muerte mejor me lleve, en vez de pensar que nunca te he conocido y nunca has existido. Pero cuando mi mente me invade con cinismo, tu foto me recuerda que solo son caprichos.

Dos días he fallado, fueron dos días de gravedad que en cama había guardado. Al recorrer mi jornada muchas caras han faltado, desaparecidos en el océano y muertos por heridas  de la tormenta que nos ha golpeado. Momentos fúnebres invaden el océano, y caras tristes empiezan a amargar lo que una vez fue una hermandad entre lo que ya no están. Me entrego a lo que puedo hacer para mis hombres, pero no basta mi valor y menos mi persona, para dedicarles por lo menos un momento de alivio de dolor. Consigo decir unas palabras de aliento, y mis lágrimas me traicionan porque ni para mí acuden a ser de mucha ayuda. 

Mi adorada Adela,

No ahí tiempo que perder, no ahí tiempo que esperar, mucho tiempo hemos perdido, en mi jornada en el mar. Que estúpido me siento hoy día, porque busco una fortuna en cambio de mi vida. Cuando en realidad hoy tengo claro que mis días contigo son más valiosos que aquel tesoro millonario. Que hago con este tesoro, oro, perlas, diamantes que pueden ser  en este momento arrojados al mar. La profundidad nunca los dejará brillar, y menos entenderá el valor  que podemos admirar. Mi dulce Adela, tu presencia se extiende más allá de la profundidad,  representando todo tesoro perdido exclamado por infinitos exploradores.

La madrugada se ha apoderado de mis sueños, el humo y los sonidos de cañones hacen su presencia. Al salir del camarote y sumergir al barco, mis ojos captan un barco pirata, atacando sin piedad a lo que le queda de la nave celestial.  Con poca tripulación exalto a mis hombres a saltar al agua en vez de morir en el fuego infernal. En ese momento una fuerte explosión me dispara hacia el mar, nadando desconsoladamente encuentro un cofre cerrado que apenas se mantiene a flote. Los piratas sin compasión destruyen la embarcación, borrando lo que una vez existió.

Mientras floto encima de un cofre, mi fin es rodeado por gritos, y desesperación por sobrevivir. Días amargos han pasado, pero aunque mi sed y mi hambre me han trastornado, el amor de mi Adela me corresponde a no luchar en vano.  El sol quema mi piel, mientras mis brazos empiezan a caer, mi debilidad es tan notable, que siento un imán que me atrae más allá de la profundidad. 

 

 


Mi corazón palpita como recitando mis últimas letras para mi querida Adela, mis lágrimas me ayudan a enfrentar mi final, y es cuando entiendo y admito, que aunque no tenga lápiz y papel, el océano y el dolor de despedirme de mi amor, será la suficiente para cerrar mi diario a su honor.  Preparo mi mente, y la alejo de todo mi alrededor, me encuentro en un sueño despierto, frente a mi primer y único amor. Comienzo a meditar lo que seria ella sin mí, y lo que no pudo ser entre los dos, pero nunca logre terminar ese disfrazado adiós, porque por primera vez he escogido dos palabras de otro autor, otro sobreviviente que se desplaza en una pequeña embarcación, que con grito de garganta a mi favor me dicta las palabras. !! Tierra.!!! Tierra.

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Comentarios +

Comentarios1

  • alicia perez hernandez

    Me agrada como el cielo hoy día me señala la paz , y me da a entender que no existirá viento que me derrumbe de tu vida, y menos océano que me aleje de tus brazos.
    ......................
    Un placer navegar en tu MAR de bella de preciosa prosa extendida y maravillosa.
    saludos poeta



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