Delirios nostálgicos.

Cuando me dejaste, te dije: - “Mientras vayas avanzando, recuérdame, recuérdanos, recuerda todo lo que solíamos ser”.
No había nada que perdonar, pero siempre pensé que volverías para regocijarnos y por fin disfrutar de nuestro amor, para que me contaras de tus anécdotas y vivencias. Me es difícil decir el dolor que me causa ver que eres feliz sin mí.

Estoy en esta intersección de dos caminos, todos me dirigen a ti, tus ojos como una clara luz al final, tu voz como señales de tránsito. Te veo en mis mañanas pesadas, te veo cuando la tarde empieza a sangrar, te veo cuando la noche se entristece y llora a cantaros. Soy adicto a tu aroma, a tus gestos, a tus caricias. Me he vuelto adicto a ti. 

Te he visto reír, gritar, dormir, cocinar, pensar, comer, bailar, sentir, amar. He compartido tus anhelos y tu alcoba. Te veo al descubierto y sin miedos. Te conozco bien, reconozco tus ademanes cuando hablas con plena exaltación. Tu sabes bien que no puedo vivir sin ti.

Te extrañe en el asiento delantero, te extrañe cuando no podía dormir, te extrañe después de una taza de café, te extrañe todos los días. Al parecer ya la tormenta termino, porque has regresado, mi alma volvió a casa, porque tú eres mi hogar. Ya se marcharon las penas del ayer y has traído contigo la felicidad empapada de amor para perdernos allí y gritar nuestra victoria.

Retomaremos nuestros paseos a la playa para sentarnos a ver el alba, retomaremos las siestas de largos ratos, retomaremos nuestros duraderos y apasionados besos. Gozaremos del tacto e iremos por ahí a andar de la mano. Disfrutare de tu risa, de tu piel. Ya no me sentiré celoso de la luna y las estrellas, porque tú serás mi fiel acompañante. Ya no estaré mas solo en las noches llenas de vida. Vamos a observar la mar y su oleaje pasivo, vamos a dejar que nuestras miradas conversen y se digan todas las palabras que se han escrito en las novelas de romance.

Tirado en el frío suelo del baño, desorientado, sumergido en ti. Escucho como se abre la puerta, abro los ojos con lentitud, de pronto una mano se posa en mi cabeza y una voz susurra; - “Tranquilo, has vuelto a tener tus delirios de nostalgia.” “Tus sentimientos de pasión desenfrenada se han vuelto a perder en sus recuerdos nocivos.”

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