Tu suave mirada se asemeja a un enjambre de abejas hinchando mi piel.
Tu piel es el lienzo perfecto donde escribo cada noche historias inconclusas.
Tu cabello rojizo, al igual que tu hija Medusa, echa raíces de un frondoso árbol que me cobija en las noches frías.
Tus redondos y perfectos senos son la ambrosía de donde me alimento a diario.
Tu espalda es la escalera perfecta al mundo donde habita el dios Hades.
Tu perfume le queda tan bien a mi piel que dejo de ser yo para convertirme en “tuyo”.
Tus ojos son el perfecto transe entre mi locura y tu elocuencia.
Tu cálido vientre, es la puerta al cosquilleo inconcluso de un delicado orgasmo.
Tus delicadas manos son el instrumento perfecto para transportarme ahí, justo en las ganas.
Tus palabras son como el opio que penetra y carcome mis ansias.
Tus pensamientos son cuál pérfido veneno que entra y me acuchilla en mis desoladas noches.
Tus labios, oh! si tan solo tus labios quisieran alimentar los míos, dormiríamos extasiados en un sueño sin descanso.
Tus sueños, en ellos me hundiría a través de tus ojos para dormitar a la sombra de tus pestañas.
Pero sé que solo allí, en nuestros sueños, es que te puedo habitar con tal deseo, pues después regresas a tu castillo a volverte impenetrable, a volverte esquiva, a envenenarte con tu propio veneno lascivo.
Pero soy como el nauseabundo y podrido chasquido de un perro que espera con ansias volver a tenerte una vez más como ese hueso roído entre sus afilados dientes... y todo por rozar tu delicado pelo que se escurre entre mis nauseas para volverte a hacer mía una y otra vez.
- Autor: Alexis Garcia Ardila ( Offline)
- Publicado: 20 de julio de 2021 a las 15:16
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.