Clara mi mente se evapora en manos del Sol fumador empedernido
mi cuerpo se vuelve azul como las tierras donde se acoda
rebosan sus babas en blancas mamas blandas que me hablan y ablandan el alma
hay una cabaña perdida en el cielo
sobre su mesa
que uno, dos, tres, cuatro furias de alambre peludo y cortante escoltan
poso mi vaso
y con el último aliento de un charco ya lamido por una lengua reseca
humedezco mis labios
rayos truena que truena
la lluvia suena sobre los campos de papel que hay afuera
dentro llama otra vez has quemado mis yemas
otra vez has hecho de mis venas tu guarida
sabes que allí no puedo seguirte y allí te vas aunque lo tema
qué husmea tu hocico acicalado de blanco en el umbral
dame de tu humo quiero más y lo quiero ya
me monto en mi camino pero ya no trota la serpiente
ya no hay serpiente
y mi camino dónde irá rodando sin piernas
a bordo de un navío que desconoce
tejiendo llaves maestras con la aguja siniestra
que se fabrica con lo poco que se le cuenta a un polizonte
- Autor: Haz Ámbar ( Offline)
- Publicado: 25 de julio de 2021 a las 07:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Augusto Fleid
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