La mujer que no tendré jamás

La mujer que no tendré jamás

Acepto con recelo mi destino que al fin de cuentas no es sorpresa,

Refugiado en los recónditos rincones de la cotidianidad y la rutina,

Dedico mi vida a estudiar, y trabajar cuando se puede si mi poca suerte lo permite,

Entre mucho estudio y no tanta experiencia no hay mucho por hacer.

Con el pecho apretujado como sábana olvidada en el fondo del armario,

Se me antoja echarles sal a las heridas cinceladas con los años,

Una pelí de romance en la vieja pc para matar el tiempo,

Y un vaso de té para calmar el alma mientras mis perritas duermen.

Una rubia pequeñita, medio loca y de ojos azules como el mar en el caribe coprotagoniza,

Tan linda ella, tan tierna ella, tan adorable ella,

Sin saber el por qué ni desde cuando me fascinan esas rubias, criaturitas del demonio,

Angelitos caídos que decoran mi infierno personal.

Los latigazos de la vida y un sin fin de emociones caducadas hicieron de mi un Bukowski de tercera,

Uno que no quiere a las putas, ni a las gordas, y ni hablar si digo qué no me gustan los mocosos,

Suficiente tuve lidiando conmigo mismo siendo niño como para criar polvos ajenos.

Soy ese tipo raro, feo, y exigente que carece de belleza adentro y afuera.

No pretendo, ni deseo justificarme, soy fiel a mis gustos y deseos,

No tengo Ni tiempo, ni paciencia, y ni el más mínimo deseo de jugar con sentimientos,

no quiero pretender amar lo que no me mueve el alma,

y eso si es que acaso hay algo que lo haga a estas alturas.

Demasiado feo y pobre según muchas,

 no pretendo encontrar la mujer perfecta en este mundo imperfecto,

Quiero una mujer rubia, medio loca y de ojos claros con una personalidad sacada quien sabe de que sombrero,

una muñeca de corazón roto y esperanzas resignadas ya seria perfecta para mí.

Siempre he dicho que la perfección es subjetiva,

Y yo solo quiero una rubia de esas que archivo el corazón en el ropero,

Cansada de desvestir el alma con cualquiera que solo quiere un par de noches por trofeo,

Una de esas musas adorables digna del olimpo y con moñito de regalo navideño para llevar.

Así nada mas es la mujer que no tendré jamás,

según muchas por no decir la mayoría, hombre tacaño no disfruta mujer bonita,

más yo no quiero una mujer para arrendar,

se llenan la boca hablando de igualdad cuando les conviene, para todo lo demás que pague el tipo.

Ya no hay de esas que trabajan duro para un mejor futuro juntos,

Ya no quedan de esas que no les importa sudar por lo que quieren,

Se extinguieron esas que sacaron a el mundo adelante cuando los hombres morían en la guerra,

Ahora solo quieren un pendejo que les gaste.

yo no voy a lidiar con mantenidas,

a duras penas puedo conmigo y mi miserable existencia,

se puede soñar de vez en cuando con la mujer que no tendré jamás, total,

cuando aterrice de la nube con la cara contra el mundo dolerá un poquito menos seguir solo.