Siento, los rumores de la mañana
saludos, baldes y los sordos trapeadores
mientras la luz, lentamente va ganando el día.
Alguien entra, haciendo rutinas difusas
mientras siento el ardor leve
ingresando muy despacio
y esa molestia en la garganta.
Pierdo de a poco los sonidos
entregándome a ese lugar oscuro
sin recuerdos, tan lejano
sin vida.
Me resisto y nuevamente siento
llegan y se saludan
me descubren y lavan
con la precisión de una rutina
ahí es cuando recuerdo a mi automóvil
los domingos, de tanto en tanto.
Abrieron la ventana
y el aire fresco invade
como una caricia el rostro
en la luz voy cayendo nuevamente
no hay mayor oscuridad
que esa luz difusa, de cada mañana.
Reacciono de a poco y llega el médico
como todas las mañanas
pincha mis dedos, buscando
reacciones
intento saludarlo, sin poder hacerlo.
Quiero gritar
patear, abrir los ojos
arrancarme todas las mangueras
huir...
…………………………………….
si, abrir los ojos…
la fuerza del universo
toda la fuerza y no puedo.
Siento que hay varios a mi alrededor
no comprendo que dicen
cuando alguien
comienza a sacarme esas malditas sondas
de mi boca, se escapa un grueso tubo
dejándome sin aire.
Se van todos y el silencio
el silencio es inmenso.
Siento que corren una silla
y una mano…, la de ella
roza tenue la mejilla
y mi boca, se abre sin poder hacerlo
no tengo aire
debo respirar
sus labios, los siento como esa primera vez.
Y todo estalla, la vida
son luces, vértigo infinito
una expresión definitiva
todo soy yo
diez soles, me llevan
los pájaros
me dan sus alas
el vértigo me apodera
y todo es luz
esa oscura luz
donde se cae por siempre
y solo llevo un beso.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2021 a las 11:10
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Texi, Augusto Fleid
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