Sedento.

Tú, fuente de mi vida, la fuente de la locura y desesperación, en mis largas noches de vigilia, te escondes de mi, mi más grande amor.

Poco a poco aquella fuente se llena, mientras otra fuente comienza a nacer, poco a poco el alma calla y grita palabras que solo yo puedo entender.

Son días y noches enteras, dedicándote palabras que no puedes leer, son voces apagadas en mi pensamiento, de aquel seco estanque que tú no puedes conocer.

Ah, que sed yo siento! Ah, cuánto quisiera con tus aguas apagar mi sed, con tan solo mojar mis labios en tus aguas, con tan solo una gota, yo podría a este mundo volver!

Pero que lejano hallo yo ese momento, ah, que lejano está esa fuente para mí, porque muero de sed sin que lo sepas, muero de amor por ti.