El sol germinaba, y el atardecer acaramelado
la hierba sonríe en la cercanía, y besa el viento,
el poeta con la pluma, de nostalgia su estremecimiento
memorias lejanas derriten su corazón helado.
¡Cuánto amor le trajo el recuerdo, de aquel su padre!
Fulgor de vida y historias de vino había en esa alma
y energía olímpica que humillaba cualquier alba
pero cuyo corazón vino a derretirse en los ojos de mi madre.
Canta tu sangre del norte en el corazón del puma,
cada día eres fortaleza y sentimientos
de unos ojos que iluminan la bruma.
Bendito este suelo que sirve de tu estadía,
el tiempo calla y la vida revive
hoy que estas en tu feliz día.
- Autor: David Nardos (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de julio de 2021 a las 20:06
- Categoría: Amor
- Lecturas: 22
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Augusto Fleid
Comentarios1
¡Cuánto amor le trajo el recuerdo, de aquel su padre!
Fulgor de vida y historias de vino había en esa alma
y energía olímpica que humillaba cualquier alba
pero cuyo corazón vino a derretirse en los ojos de mi madre.
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Versos de infinita belleza en sublime inspiración para ese amado padre en una oda que llega directo al corazón.
saludos poeta
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