El Génesis: Amormío

    Oh, amormío, sí tus ojos vieran como mi alma te mira, descubrirías con ellos los múltiples paisajes inefables que se acogen en la vida. Si pudieras aun escuchar como mi corazón te oye, advertirían tus memorias que no hubo antes un sonido más excelso atravesando tus oídos. Y si sintieras, querida, hoy mi querer como brasa de carbón abrasador, quemaría en tu interior rastrojo la amorosa llama ardiente de estos versos pasionarios.
   Ay habrás visto alguna vez amor como el cielo se sonroja en las tardes despidiendo la joven estrella con sutiles sentimientos de nostalgia. Y sentido ya las pacíficas brisas que se agitan por los aires de la noche umbrosa. Pues de ese modo agita mi alma desde este cielo en el que escribo los recuerdos de esa tarde en que te sonrojabas.