Insólita culpabilidad que me cala hasta los huesos,
y que me roba hasta los más profundos oxígenos.
Sabes bien que lo intenté.
Sabes bien que nunca hallé el mapa.
Sabes bien que nunca dirigí el barco en que navegaba.
Me encuentro perdida en el laberinto que yo misma construí,
del cual olvidé la salida como parte del infortunio destino.
No puedo controlar mis pensamientos,
ni a los monstruos invisibles que me atormentan:
Esas irreverentes voces que me repiten mis defectos,
y que nacen de la razón y mueren en la realidad.
Las odias como yo,
las odio como a ti.
Las mentiras salen disparatadas de entre mis caóticos labios.
Tu justificado rostro permanece con furia hasta las lágrimas.
Aquella es la escena que aparece repentina
cuando decido hacerme feliz una mañana luminosa.
Todo oscurece ante mis ojos.
Y no es la mitad de lo que merezco.
Es este sufrimiento de a pocos,
este amargo sinsabor del egoísmo y la deslealtad.
Finalmente, agradecerás a esta frígida verdad disfrazada de cálidas palabras.
Y maldecirás mi nombre y el día en que nos conocimos.
Y yo…
Yo continuaré sonriendo.
- Autor: Angela Beatriz (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de agosto de 2021 a las 13:57
- Comentario del autor sobre el poema: Cinismo como consecuencia de la culpabilidad.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
- Usuarios favoritos de este poema: Haz Ámbar, 🖤🍃Meigajaz ☯💞, Lualpri, Augusto Cuerva, Alberto Diago, rimas
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