300 regimientos de infantería y un fusilamiento

A veces uno se desvirga el culo

a pingazos de caballo

otras veces uno toma el té de la forma más refinada

y canta y canta y canta

y baila y baila y baila

sin detener los segundos

mezclándose con las constelaciónes del cosmos

a veces uno vomita en la cara de su padre y caga en los ojos de su madre

a veces es momento de dispararle en el hígado a quince narcotraficantes y un osito de peluche

a veces es momento de abordar a una mujer, conversar con ella y follársela en un hotel de mala muerte

a veces es mejor no hablar de ciertas cosas

a veces es momento de dejar las drogas, los miedos más simples y la rutina de vagabundear sin producir algo

a veces es mejor ser enterrado vivo en un cementerio al azar ante la fría mirada de tiranos y brujos y buitres de plumas grises

a veces es mejor besar bien, con lengüa y dejarse llevar por el momento, sin mayores cálculos y pre-cálculos y post cálculos

a veces es mejor expresar verbalmente lo que llevas en el alma

aunque luego te fusilen sin piedad 300 regimientos de infantería