Frotó las hojas del tiempo endurecido,
espejo movible en mis carnes
corona de la noche milagro
¡Qué rápido se nos van las horas del día!
Procrear, segregar, esperar,
lavar las culpas y los desengaños
digerir, reverberar entre risas,
querer, degustar, temperar
la vorágine que degustamos cada día
buscar, fluir, cavilar y esperar
con ardor y desesperanza el mediodía.
Sin percibir el latido del corazón al ritmo de reloj
nos mira el anciano desde el fondo del niño,
cuanta finitud de la arcilla y el aliento.
¡Oh colibrí! Al amanecer vuela alto
y liba los néctares más exquisitos…
recuerda que venimos
recubiertos de madera que amortaja,
con la mirada puesta sobre la nada.
con la mente saturada de fantasmas
y el respirar de la boca que nos ahoga con el beso.
- Autor: Isel (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2021 a las 15:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
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