En mitad de la noche más oscura,
que ni la luna deja ver su luz,
vino a mí para aliviar esta cruz,
vino a mí la feliciad más pura.
Al fin pude sentir qué es el amor.
¡Qué pasión! ¡Qué alegría! ¡Qué ternura!
Creí ver a mismo Dios en tu figura.
No cabría en un corazón tal calor.
Y ahora que al fin está es mis brazos,
me es imposible decir cuánto te quiero..
¡Qué grandioso agosto, y qué pequeñito mi enero!
Cuando lloras, mi alma salta en pedazos.
¡Y qué rapido crece! ¡Y qué listo es!
¡Mi amor, mi Bien! ¡Te daría la vida
sin pensarlo un segundo! ¡La doy por perdida!
Cogidos de la mano, estaré donde estés.
(A mi hijo, tal y como tú dices: "Te quiero infinito")
- Autor: mister kaplan (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2010 a las 08:09
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 257
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