La tempestad ya pasó,
Todo está en calma,
Oh hija mía,
tu mirada inocente,
cesó su agonía.
Descansa ahora tu alma,
Oh hermana mía,
El silente dolor de tus labios,
Encontró paz tardía.
Fue hermoso tenerte,
un regalo en mi vida.
Hoy el cielo te recibe
Oh preciosa madre mía,
Y llorando bendice
A tu poesía engalanada
con luces de colores,
que de diversos matices
pintó en mi ventana,
un mundo de amores.
Oh abuela mía,
Intensa y tranquila,
Tempestad y calma,
Fuiste, eres y serás,
El amor de mi vida.
- Autor: Delfos ( Offline)
- Publicado: 22 de agosto de 2021 a las 00:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 71
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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