Un día más... Ajetreado.

shoss



 

Sonó en la fría mañana de viernes fin de semana, el despertador programado que no hubiera por mucho tiempo aquella opción utilizado, por aquello de la pandemia covid19 que ya cumplía 18 meses de encerramiento y bozal tapabocas. Quietud total, sedentarismo peligroso que amenazaba mi salud lejos de clínicas y médicos, por temor del tratamiento absurdo que aplicaban a todos los pacientes que llegaban a las instalaciones de los hospitales y clínicas por una uña encarnada; por igual; los entubaban y ciertamente no volvían a ser parte de este mundo. [Los entregaban en una cajita de madera muy bien pulida y pintada]; ¡hicimos todo lo que se pudo; pero no resistió ese virus mortal!!.

Tanto tiempo inactivo, mi decisión fue integrarme de nuevo a la misión de bailar folclor con varias personas contemporáneas que sufren del mismo mal… [Sedentarismo sistematizado]; personal que ya cumplió con su vida útil laboral y nos retiramos de ese rubro; engrosando las filas de una desocupación y un costo económico que debería estar en un fondo común para continuar con una vida digna durante los posteriores años de retiro y ocio… Pero la corrupción  de tantos gobernantes, han desaparecido las arcas, que iniciaron con un objetivo claro y sano; ya decidieron matar legalmente a los viejitos como yo, que logramos obtener una pensión de jubilación.

Púes bien… El reloj avisó que a las 5:00 horas am tocó ducha, e inventar algo de desayuno liviano, para que a las 8:00 tuviéramos un ensayo con ejercicios de calentamiento y estiramientos.

Dos horas de ejercicios, después de una inactividad de 18 meses... aporréa.

Encontré, un instituto en Suacha con personas que anteriormente también compartimos esta cultura.

Llegué  a visitar mis hijos en Techo Kennedy ese mismo día, púes atravesamos por el increíble insuceso de la muerte de mi esposa [Hace un tiempo; alrededor de 15 años mi esposa fue operada a corazón abierto, púes le encontraron que adolecía de la falta congénita de una válvula que fue insertada de un animal… cerdo. Ya la vida útil de la válvula se terminó precisamente en este tiempo de pandemia… (¡que mala jugada del destino!!.). La operación salió bien; pero luego detectaron que en su base cervical, en varios partes se notaban puntos de sangre queriendo emigrar de sus venas, (y generar un derrame)], después de unos días retiraron la.máquina respirador que la mantenía viva, y no lo soportó… No despertó del coma inducido al que la sometieron.

Estuve almorzando con mis hijos y regresé a mi vivienda a descansar; púes mis huesos ya se resienten con una rutina  para jóvenes en actividad… (yo estuve inactivo 18 meses), en fin; transcurrió la noche y alrededor de las 3:30 de la madrugada los órganos urinarios piden a gritos evacuarsen; lo que se ha convertido en rutina y el camino que separa de la cama y blanquita se sabe de memoria y no necesito iluminación eléctrica en ir y regresar [Al momento de levantarme, el colchón superior se desplazo un buen tramo y al no prender la luz no lo detecté]; al volver de donde blanca sentí la cercanía del colchón, me sentí, levante las cobijas y alcé del piso ambas piernas para meterlas en busca del calor que aún allí  estaba; pero el colchón se ladeo y me vació como volqueta..  Un zapato punta de acero estaba justo donde caería mi cotillar derecho bajo la tetilla de mi lado derecho con todo mi peso de 76kg. Después de lanzar un grito sordo de dolor en la madrugada del sábado, quedé seco tirado en el piso hasta que recuperé el aliento y me trepé de nuevo en la cama… fui al médico particular, por el consabido temor de una entubada y muerte prematura (yá tu sabes); la doctora que atendió  mi caso recetó inyecciones, pastillas de almidón que curab sicológicamente… Pero el dolor que causa ese golpe, aún lo siento; y, más fuerte cada día; pienso que debería aminorarse, sin embargo es más limitante; levantar mis brazos o amarrar mis zapatos (Sin contar lo grande de mi barriga, que ha crecido por la quietud sedentarista que se apodera de mi cuerpo);

Miro la posibilidad de buscar otra opinión médica y repetir los diagnósticos de otro facultativo que tranquilice mi paseo por el planeta (Claro está, que mi recorrido por este globo terráqueo, se reduce a Bogotá, Suacha y sus alrededores).

Sucedió tan pronto como tomé la decisión de bailar folclore nuevamente y desplazar en algo el sedentarismo que eleva mi tensión arterial, desplazando tratamientos odontológicos que tienen que aplazarse hasta que logremos regular el flujo sanguíneo que transporta la vida por mis tapadas venas.

 

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  • Autor: shoss (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 24 de agosto de 2021 a las 05:08
  • Comentario del autor sobre el poema: Narración omniciente.
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 24
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