Tras las murallas, un rey
orondo, déspota y ocioso
ostenta con vanidad
tener del mundo, el mejor oro.
Ni su regio trono,
ni su dorada corona,
ni el ornato de su cetro,
ni la seda de sus prendas
jamás valiera, lo que vale
ese aurífero tesoro.
Mujeres de la nobleza
con mas presunción que educación,
hilos de tu cabellera quieren
para de caireles bordar
sus vestidos nupciales.
Obispos y cardenales, por otro lado
la Santa Iglesia siempre clamando,
¡Que si ese oro no es de Dios,
que no es de nadie!
¡Brilla el néctar de tu pelo
formando un panal,
recolectaré en Primavera
la mieles de azahar!
¡Exclama el apicultor
mientras liba sus dedos!
¡Mas de cien canteras he perforado
a sus senos he llegado,
entre pedernal, lodo y barrenos
oro igual, señores, yo o he visto!
¡Con el rostro sereno
dice un minero!
¡De sol a sol con el arado
muchas campiñas he labrado,
con sudores, la tierra he regado
trigo mas rubio no he segado!
¡Con la faz afligida
se queja el campesino!
¡En mi crisol de grafito, he fundido
bronce, para el mejor sonido,
plata, mas luciente que la luna,
oro, brillante, al ojo moro,
pero esa mata de pelo lleva kilates!
¡Con rostro halagüeño
se sorprende el platero!
¡Ni un hilo de mis cabellos
mucho me temo, no podrán poseer!
¡Asiando un copete
dice la princesa!
¡Se enjuaga cada mañana
el sol, rey de los astros
dorando su orto,
para con sus crepusculares rayos
al mundo, iluminarlo!.
- Autor: Aitor Castro ( Offline)
- Publicado: 24 de agosto de 2021 a las 06:56
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 50
- Usuarios favoritos de este poema: 🖤🍃Meigajaz ☯💞, TITANIO 333, alberto silva, Kapirutxo
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