AMOR

                                           AMOR

El amor es el compendio más extraño e incomprensible que poseen los humanos

por él se realizan imposibles proezas   y se llega, incluso, al desconocido infinito,

por mi sangre corre a borbollones esa preciosa sensación: amo a mis hermanos,

así se determina, sin duda, el fatídico suicidio cuando se carece de ese tesorito.

El amor no posee fronteras por ser abstracto, es más veloz que la luz, es al instante

no existe riqueza alguna para comprar un solo mendrugo de esta intensa maravilla,

las gemas más codiciadas son despreciadas así sea un esplendoroso diamante,

mi último aliento daré si puedo conseguir ese fenomenal prodigio en alguna villa.

No soy un ser sobrenatural, de lugar lejano ni   desconocido planeta he venido,

nací en la tierra, formo parte del polvo como cualquiera, por ello voy suspirando,

no interesa el material con el cual fui construido y donde mi cuerpo fue sumergido,

así crecí lo reconozco, disfruto los bellos momentos que el creador me va brindando.

El amor no se mendiga, es gratuito, sale de las profundidades del alma, es espontáneo,

impacta a cada instante, está en el aire por ello se inhala, es intangible, pero es esencial,

es una espléndida burbuja que cubre por completo la inmensa capacidad del cráneo,

pero es humilde, impredecible, se extrae el máximo placer sólo de manera presencial.

El amor se filtra por los poros, transita libremente, no requiere instrumento alguno

es una extraña sensación que no requiere de algún sofisticado o mítico instrumento,

se inserta en sectores inexpugnables del cerebro, algunas veces aparece muy oportuno,

lástima porque en múltiples ocasiones claudica en un tortuoso e inesperado tormento.

Hay diversidades en el amor, éste no es singular, es adrenalina si se está enamorado,

es un delicado perfume que cautiva sin importar los títulos del personaje ni el público,

en definitiva, te embriaga, te hace cautivo, te confina en un paraíso inexplorado,

sin tener en cuenta la enorme magnitud del esfuerzo te conviertes en un ser bíblico.

Jaime Muñoz, 6 de enero de 2020