Entonces… ahora…
Cuando yo ya no esté, tú vendrás a mi casa,
revolviendo papeles hallarás este poema
y al tenerlo en tus manos sentirás una brasa
y el calor de esa brasa te hablará de mi pena.
Y también de la dicha, de la dicha absoluta
que sintieron mis labios al posarse en los tuyos,
cuando yo te llevaba muy adentro del alma
y sintiéndote mía, me llenaba de orgullos.
Porque tú, más que nadie, percibiste mi ensueño
y calaste mi alma cada vez más profundo
y llegué a comportarme cual si yo fuera el dueño,
porque así me sentía: como el dueño del mundo.
No me pesa quererte; porque yo no he dejado
ni siquiera un segundo, de sentir lo que siento;
este amor que me marca como un fierro caldeado,
cada día que pasa, se torna más violento.
Y destruye hasta el aire que pretende ignorarte
y desoye las voces que aconsejan olvidos;
este amor, no me quiere, porque está de tu parte
y te sigo extrañando con todos mis sentidos.
- Autor: maurix salgado (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 5 de septiembre de 2021 a las 00:14
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 41
- Usuarios favoritos de este poema: TITANIO 333, Mariela Briceño Fuentes🦄
Comentarios1
Y desoyen las voces que aconsejan olvidos.....que hermosura poeta. Me encantó esta poesía. Fue un placer leerla. Un fuerte abrazo mi estimado amigo.😍😘🤗
Muchas gracias Mariela por tus comentarios, por tu amistad, por tu generosidad y por tu gentileza, ha sido para mí, un placer enorme, conocerte, amo tu país y me duele en el alma, las circunstancias por las que atraviesa, te deseo lo mejor de lo mejor, eres una gran persona- Que Dios te bendiga.
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