Espero entienda usted, que yo le quiero,
como mujer, amante y confidente,
con sus manos de terciopelo y cuchillo entre los dientes,
por si es necesario batallar contra el mundo entero.
Le quiero compañera, soñadora y con grandes anhelos.
Que me crea capaz y me ayude en cada intento,
que conozca y comprenda lo que llevo dentro,
que levante conmigo, las banderas del pensamiento.
Le quiero para toda la vida, en cada camino y momento,
donde sea, a la hora de la cena aunque solo haya pan,
que beba de mis manos y yo beber de las suyas,
la última gota de agua, si nos encuentra el desierto.
Que me invite a ver el sol, amaneciendo y atardeciendo.
Que ponga empeño en completar mi mapa de estrellas.
A la noche, si es posible, que me regale una utopía,
de esas que emocionan, que le dan sentido a la vida.
Le quiero para mis momentos de tristeza, de ansiedad,
para encontrar en sus ojos la paciencia y valentía,
que, bien sabe usted, necesito algunos días,
cuando la realidad, a puño y garrote, me roba las fantasías.
Le quiero cómplice de mis alegrías ¡A carcajadas!
que inventemos un lenguaje de miradas,
un dialecto secreto para mofarnos de todos,
que nos amemos a nuestro modo y no exista nada más.
Le quiero verdadera, sutil, ¡defensora de ideas!
Que vea en mi lo que veo en usted, ser su espejo,
que nos encuentre el futuro siendo viejos,
y nos digamos mutuamente: ¡valió la pena!
- Autor: Walter Brunini (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 8 de septiembre de 2021 a las 17:37
- Categoría: Amor
- Lecturas: 42
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