EL VACÍO QUE SE LLENA

EL VACÍO QUE SE LLENA

Se vacía el corazón,

cuando el odio extrae su esencia,

despojándolo de amor,

a toda vida que alberga,

como una insondable sima,

que abduce toda miseria.

Se va quedando sin sombra,

se va llenando de luz,

y va notando la ausencia,

el inmenso tragaluz,

que es la versátil conciencia,

que vira como veleta.

Se va llegando a la meta,

de los caminos andados,

cada paso es un legado,

que va llenando la alforja,

que va moldeando la sombra,

que va nutriendo la vida.

Se va quedando vacía,

como un agujero negro,

deglute carnes y tiempo,

y con cada sentimiento,

late más fuerte la vida,

en su transitar incierto.

No descansa aquel labriego,

que cosecha las reliquias,

que siembra con cada aliento,

frente perlada de sueños,

del sentir de cada día,

que va creciendo en su huerto.

Las huellas van jalonando,

la sinuosa travesía,

algunas veces vacía,

de sueños y de sustento,

a veces, plena de vida,

de alegría y sufrimiento.

Sabe el jilguero que trina,

que su cantar es sincero,

que es auténtica su vida,

porque nació para serlo,

para enriquecer la brisa,

para que lo lleve el viento.

Versos que llenan acequias,

que su cantar siembra huertos,

que descubre las miserias,

y desgrana los deseos,

canta al amor y a la pena,

sin importar el acento.

Así, de vida y heridas,

se va hollando aquel sendero,

se va nutriendo el camino,

perdiendo cada latido,

que queda atrás en el tiempo,

como una ligera brizna.

Angel L. Perez ®

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10/09/2021