\\\\\\\\\\\\\\\" Tan cerquita del cielo\\\\\\\\\\\\\\\"

Mirinda

Nuestro destino, era recorrer la provincia de San Salvador de Jujuy hasta llegar a la Quiaca límite con Bolivia. Salimos de la ciudad de Salta maravillados de tanta belleza. El horizonte hacia adelante ya nos propone una razón de vida. Cansados de andar tantos kilómetros, con tierra desde la cabeza a los pies, pero observando el paisaje que, con su magnetismo nos invita a seguir adelante. Ya agotados de caminos de ripio escabroso y dificultoso; de repente se nos presenta a la vista la caída del sol con su radiante y serena belleza, se siente como una caricia al alma para nuestros cuerpos abatidos por el cansancio. Ya es de noche…nuestros ojos solo están fijos a en esas luces a lo lejos, esperanzados de encontrar un lugar para bañarnos, cenar y descansar, y seguir nuestro camino al alba. Al día siguiente, el destino era “la perla de la quebrada Purmamarca”, al pie del famoso cerro de los 7 colores, uno realmente parece sentirse en el paraíso, esas montañas con diversas formas y colores son como una tentación a la creatividad. Por momento me parecían terribles castillos, y al instante estos se convertían en grandes moles rosadas con manchas parduscas, que al mismo Dalí si las contemplara sentiría envidia de la naturaleza por su arte en estado puro. Siguiendo el camino, nos encontramos con una amplia vista de la quebrada, de pronto al costado de la ruta, vemos un monolito blanco paramos y nos acercamos, tremenda sorpresa llevamos al encontramos, era un hito que marcaba el Trópico de Capricornio, recuerdo claramente que mi corazón latía fuertemente y mi pensamiento volaba hacia Henry Miller y todos los sentimientos y contradicciones expresados en su Trópico de capricornio. A partir de ahí el paisaje cambia lentamente, las montañas ya no son tan elevadas y tienen un verde follaje casi hasta la cumbre, luego la vegetación disminuye y comienzan a aparecer los cardones, cual, si fueran centinelas separados asimétricamente como vigías del lugar, más adelante se comienzan a multiplicar cual si fueran batallones de soldados para atacar al invasor. Ya llegando a la quebrada propiamente, los colores se tornan grises, mucha menos vegetación y hasta los cardones van desapareciendo, como si supieran que a esa altura ya no se necesitan guardianes. El aire limpio, la ausencia de humedad y la palpable energía del lugar nos envolvía, tan lejos de todo ruido y tan cerca del cielo, mi sentido cautivado con semejante sensación de placer, parecería que quisiera negase a la existencia de un mundo exterior. Tan fascinante, misterioso, que me hace reflexionar si sería feliz quedándome en tan manso y tranquilo lugar. Cruzamos llamas, vicuñas, pueblitos con calles de piedra y tierra, casitas de adobe y por supuesto lo más lindo que tienen esta maravillosa tierra, sus habitantes las coyas, que me producen una particular y sincera admiración, humildes en todo el sentido que abarca esta hermosa palabra y tan puros como el lugar que habitan… La quebrada de Humahuaca, es como meterse a una máquina del tiempo, donde su majestuosa grandeza se reconoce en su paisaje y su gente, tierra de Cardones, coplas y leyendas… Los coyas , sus habitantes, son personas tan especiales, sus ropas coloridas, rostros curtidos, silencios, sonrisa sincera y mirada profunda. Son realmente gente más que especial, Mantienen intactas sus costumbres ancestrales, el amor a la madre tierra, y te trasmiten de tal forma su sentimiento, que hasta uno se lo apropia. Siguiendo las órdenes del camino, vamos por una ruta totalmente solitaria, donde realmente no aprecie demasiado, porque la altura me jugo una mala pasada, y me sentía bastante mal; era como una recta que no terminaba más, allá, por donde el diablo perdió el poncho. Llegamos a la Quiaca y esto marcaba nuestro destino. Después de tomar un tecito de coca que realmente me sabio a mágico y reparador, pude pararme y observar este pueblito en los confines de nuestra patria. Solo una obligación sentí... dar gracias a la vida que me trajo hasta aquí “tan cerquita del cielo “.

Ver métrica de este poema
  • Autor: Miriadas (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 11 de septiembre de 2021 a las 21:27
  • Categoría: Naturaleza
  • Lecturas: 10
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.