AJENA
Me bebí tus naranjos
y succione de la vida
imborrables momentos
que quedarán en la herida
Pero qué impredecibles
son esos instantes
que enmudecen
sobre el fiel de la balanza
y pesan más
que el infortunio
de haberte conocido
bajo el cruel e incongruente alegato
de saberte ajena.
La luna aguanta todo.
El quejido de poetas,
y el suplicio
de una ilusión pasajera.
Contigo ni siquiera
hubo un principio,
simplemente
caminé tus lugares inhóspitos
sin saber que sería
terreno escabroso y estéril.
Un panorama desolador.
Solo fuiste una variante Delta
en mi pandemia de ilusiones.
Después lo supe:
Era Don Quijote
repitiendo su historia.
Aullido de perros cerca
y yo tratando de atrapar
tu lejanía.
Crecí viendo gallinas en el patio
con palmeras, mangos y ciruelas.
Crecí oyendo canciones,
cazando lagartijas,
caminando el río, atrapando sueños.
Jamás pensé
que entre lluvia,
calor y viento no serías mía.
Solo un capricho
del pensamiento.
La brisa del verano
derrama las hojas de los árboles;
el calor es más seco
pasan autos, peatones, recuerdos.
El viento juega con el tiempo
y yo te sigo esperando
esta tarde de septiembre
aún socavando la pena
de saberte simplemente ajena.
JUSTO ALDU
Panameño
Derechos Reservados
- Autor: JUSTO ALDÚ (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de septiembre de 2021 a las 22:32
- Categoría: Amor
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: AZULNOCHE
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