Azul onda del mar que en las orillas juega.
Espejismo entre las dunas que a la razón apega.
Increíble fuerza que a los mayores vientos marea.
Fuerte licor que entre el gusto y el reborde surfea.
Ardor que quiebra la garganta y no escasea.
Señal que a los rayos anaranjados en hora punta acelera.
Antorcha mecida por el aire palpitando encendida en la rivera.
Dulce armonía que cruza los límites de la selva aventurera.
Raudo vértigo que arranca la portada
del libro que la guarda.
Temblor en el fuego de las arenas provoca llama que arda.
Sofoco en un pálido semblante
exhala su aliento a mis espaldas.
En los cueros de mi alma con tu comisura vibrante
clavas tus esmeraldas.
Néctar apetitoso que la adarga hace caer
golpeando unas piedras la estatua ruinosa sin adolecer.
Romance de indefinidos versos recitados en una noche fría.
En los mares y en el cielo con tus palabras
la primavera resurgiría.
Guiños y codazos remueven la miel del labio que suspira.
Dos almas gemelas se unen en un beso despertando
de su sueño a la lira.
Voz que agita las ideas del pirata perdido en la isla de tu cadera.
¡Ay amor!
No existe manta negra que el reflejo de tal bella aparición
cubriera.
- Autor: Belén López Sánchez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 13 de septiembre de 2021 a las 07:38
- Categoría: Amor
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: .........................., José Domingo, Lincol, Antonio Miguel Reyes
Comentarios2
Muy profundo y distinguido
Saludos
Gracias.
Saludos.
Simplemente precioso. Qué gusto leerte.
Saludos, Belén.
Gracias. Un gusto leerte a ti también.
Saludos, Lincol.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.