Prueba el viento los dulces movimientos.
Los rayos de un sol caído calientan la cúpula
de una selva de troncos hambrientos.
Se despide el crepúsculo
apoderándose el silencio de una noche oscura,
vendando el ojo de plata de la luna
que tímidamente al viento murmura.
Tulipanes y petunias visten de seda roja su blancura.
Agujeros negros cubren su resplandor
que ciego percibe un rico aroma
mientras un mordisco moldea ansioso su glamurosa figura.
Una brisa fría sacude la preciosas perla
con caricias
que como un volcán en erupción se derrite en su lava
descamuflando todas sus delicias.
Sonrojada gema
que se deja arrastrar por una corriente
de aire ardiente,
sin palabras baila a un intenso ritmo
que retumba un rebelde escalofrío.
Internada en la oscuridad lluviosa,
millones de rosas húmedas
se siembran en un terreno demente.
Fuerte huracán se lleva por delante
la cubierta luz de la luna que dibuja
la incertidumbre danzante.
Las estrellas perciben su presencia,
su intensa inquietud,
su anhelo deslumbrante,
la necesidad acuciante que refleja espectralmente
en el agua
las travesuras de una ventisca salvaje y apasionante.
Encadenada al vacío de un espacio que le da
cuanto jamás pudiera necesitar,
siente el calor de los labios del viento
que la cohíbe en sus entrañas con suavidad.
Ahoga un grito, la calidez del aire se enfría.
Esto no es más que un truco de ilusionismo,
un disfraz que en el abismo al viento apega,
un hechizo que en la locura de un ensueño
con su magia enmudece a la luna llena,
un sueño en el que al despertar solo recuerdo
tus ojos verdes posados en los míos.
- Autor: Belén López Sánchez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 15 de septiembre de 2021 a las 12:49
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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