Soy estudiante, imbuido en investigaciones académicas.
He sufrido por desprecios de mujeres
y no de una que ignorarme ha querido
sino muchas que viajan sin sentido
ahogándose en incendios de placeres,
más el viento murmura a la rosa
que la vida por dentro ya se va
coronada con la aurora como diosa
entre besos y abrazos... más allá...
de súplicas me pierdo en el sentido
con delirios atrapados en mi ser,
mientras beso al aire sorprendido
sintetizo mis plegarias sin saber.
Así voy, en el camino más honrado
a cortar del jardín la linda flor
¿quién soy, me he preguntado?
en esperas de matar el desamor.
Por eso, ignoro al más grande albor
que me hiere paso a paso y en segundo
con palabras que se pierden en el mundo
y no sé, si la muerte es lo mejor.
Mis palabras me difieren entre iones
disolviendo mi cerebro por los valles,
yo me pierdo en mis propias ilusiones
sin decirlo en el margen de detalles.
Desilusionado me he vuelto sorprendente
con el alma destrozada y divagante
y el silencio que destruye mi presente
me reprime a volverme más errante.
Enfocado, llevo aroma muy perplejo
yendo insólito a cuestas de la aptitud;
soy un joven en la sombra de un espejo
y un viejo errante ansioso de virtud.
Así voy. Sígueme a los prados
lo he gritado en los actos memoriales;
en el interior de mis tristes ideales
y la estirpe de los sueños mal soñados.
Y la vida se ahoga y se ahoga
en los planes que atraviesan por mi sien,
y la sombra muy oculta me interroga
por repuestas que ni yo las sé también.
Las palabras se me olvidan de repente
cuando escribo por la línea marginal:
Mis sueños son nervios de cristal
que de mí representan la simiente,
el sentido sin murmullos de la aurora
lo repito meditando hasta sin nombre,
yo no quiero ser cruel y como hombre
se lo escribo a su figura gran señora.
De amores, amoríos no les miento
si se trata de añoranzas sensitivas
y de gozo, solo sufrimientos
son las penas más tristes y cautivas.
La tinta me rehúsa mi cerebro
en historias que se narran coquetonas,
pero afirmo y hasta del don celebro
que el amor desvanece mis neuronas.
La psique se transforma a la manera
del viento temeroso y desdichado
con palabras que matan por doquiera
y nos dejan inocente y desahuciado.
Sí, la vida muy bien me ha tratado
se lo digo a amistades silenciosas;
yo no tengo potestad ni de las rosas
solo el tiempo que atraviesa mi pasado.
Sigo el viaje delirado y sin desliz
por la cumbre autodidacta del Asencio
no lo niego, que vivo en el silencio
siendo del maestro un aprendiz.
Ahora, lloro por mis letras desdichadas
saboreando el color de mis instintos,
más el alba se transforma en laberintos
con amores de fragancias perfumadas.
Esas mujeres son mi tumba lacerada
por el campo sombrío y desolado,
con sabores, memoriza hasta la nada
que me lleva perdido y sin cuidado.
Es que a veces se convierte en un pecado
maldecir a la sombra su silueta,
porque el canto se ahoga en la saeta
siendo lágrimas que sin duda he llorado.
Siempre que recuerdo todas sus huellas
me derrito del semblante presumido;
se me fue para siempre, y no son ellas
el tesoro divino. ¿Dónde han ido?
Y si pienso que con ellas me entristesco
por sus besos que de miel me forjaron:
Siempre soy un Quijote picaresco
en venganza del que un día me dejaron.
Y sigo. Sigo por mi patria enamorado
a pesar de glorias vanas y placeres,
viajando con el eco entrecortado
lo convierto en un puñal para mujeres.
Ya lo dicen escritores del pasado:
Nadie muere de amor y servidumbre,
nadie vive de gozo y por costumbre
exalto mis plegarias desdichado.
Y el temor se convierte en la favela
desde el exordio tonto y presumido,
diciendo por ahí al oprimido:
Ya no llores por insultos de zarzuela.
Y me dicen marginados por las flores
que no vive el fuego por la leña.
Le respondo que hace poco sueña
el poder mágico de todos los amores.
¡Amigo!, ¡amigo!, ¡amigo!, ¡amigo!
Ya no llores más. Me lo han dicho...
haz que ellas pierdan su capricho
sin consuelo, sin amores, sin abrigo.
Y yo sorprendido se lo digo
porque así de forma tan mortera
no responde, pero yo aquí sigo
apegado a sus rostros tan siquiera.
Yo soy aquel que defiende su bandera
me lo afirma, seguro y decidido
y el alma repudia esa manera
que amenaza entrar a mi sentido.
Yo no lloro por disgustos, ni ilusiones
repetía sonriendo y sin norma:
Yo solo persigo una forma
que aún vive en mis locas intensiones.
Ya no sigas por favor se lo he pedido
que me asusto de tu boca perfumada,
y me pierdo por la turbia madrugada
en el sueño que por ti lo he aprendido.
Ya me voy, me responde angustiado
yo lo mismo estoy sufriendo también.
La muerte, la muerte me ha llamado,
sigue tú, que te espera el verde edén.
Y respondo con el alma resumida
que la rosa ya se muere sin querer,
y me pierdo si es de poco en esta vida
saludando de rodillas su saber.
Pero sigo en este mundo prisionero
con palabras disfrutadas en tropel,
pero sigo afirmando que te quiero
escribiendo mis versos en papel.
Ya mis sueños se ocultan con certeza
memorizando el nombre de una estrella,
y voy sin rumbo ocultando mi cabeza
diciendo obsesionado el nombre de ella.
Mi amigo todavía es moribundo
tras las pistas que acumulan los aromas
deprimido, por ser un meditabundo
encerrando del cerebro un par de somas.
Y me asusta narrar su larga vida
que de poco me declara sensitivo,
solo insisto a la forma y el motivo
graduarse de la causa presumida.
Fue él quien me dijo que escribiera
los versos con propuestas misteriosas
y lo hice con flores de primavera
con el título renombrado “Mariposas”.
De pronto, estoy seguro con el verso
que hasta narro las historias macabras,
por el campo del cerebro que es un terso
voy sin rumbo cantando mis palabras.
Y respondo desahuciado en el tormento
maldiciendo las estrellas y duquesas
que sin dudas sepultan las promesas
y se pierden convertidas de pigmento.
Me responde el silencio. Le respondo
que he sufrido y la pena es sencilla,
no lo niego que es una maravilla
que hace que el sentido toque fondo.
Y si escucho una canción, soy romántico
escribiendo el verso como escudo,
con el cielo que se adorna en mi cántico
voy sin rumbo dedicándole un saludo.
Voy hacer lo que él no pudo
por promesa que no quiero silenciar,
dice ella: -No me vuelvo enamorar
deprimida con su cuerpo muy desnudo.
Y sigo compañeros sin cesar
este escrito que me ahoga de elixir,
y repito la excelencia del vivir
contrastando mi propio predicar.
¿Qué será este sueño que he sufrido
que me ahoga el alma en el desierto;
si te sueño como un loco despierto
pues, te ignoro como un sabio dormido?
Y lo narro lacerado y sin motivo
como el lobo de aquel cuento dariano,
voy sin rumbo, lo repito por cristiano
en función de lo que pienso y lo que vivo.
Mis planes van de amores desahuciados
por las cumbres que viajan sin sentido
y afirmo que soy un desconocido
que sin planes contemplo mis estados.
Mi proceso se embriaga con las rimas,
la memoria, el lenguaje y la atención
y saludo con moluscos y enzimas
el coraje de mi propio corazón.
Posterior me traslado a lo izquierdo
del cerebro que plantea la intuición
y me gritan desde lejos que me pierdo
al seguirte como un loco sin razón.
Las mujeres hoy en día me decoran
la palabra que no he dicho por delito:
Soy un sordo, ellas creen y me enamoran
que hasta llego convertirme en angelito.
Y sigo con la pauta enamorado
ya ansioso de un beso femenino.
Aquí estoy muy triste y despreciado
pero sigo a cuestas mi camino.
Ya la rosa acomoda la censura
entre pétalos que hacen un erizo
afirmando que la vida es un hechizo,
desafío en el silencio su hermosura.
No he llorado, lo grito presumido
por amores de rasgos cristalinos,
no he llorado por algo que no olvido
solo lloro por los besos femeninos.
Y me cuesta decirlo a esta griega;
la mujer ociosa y perfumada
que sin rumbo se duerme y se despliega
de la casa que aparenta su fachada.
Ella, enamora hasta los peces
en la escuela del proverbio submarino
y en el lecho enorme del camino
lo repite que me embriaga muchas veces.
Vuelvo y cito el lugar donde he nacido
siendo un pobre amante de las huellas,
por las casas en que viven las doncellas
doy mis pasos que viajan sin sentido.
La naturaleza es un largo frenesí
derrochada por placeres singulares
y el amor tan presumido que ofrecí
hoy lo llevo en cantar de los cantares.
He sufrido por desprecios taciturnos
a pruebas de conquistas misteriosas,
he pensado que mis versos son nocturnos
y se pierden con delirios entre rosas.
Ya ni pienso en el amor y albedrío
que consiste en destrucción primera
y afirmo construyendo mi manera:
Me he perdido en un triste sueño mío.
De repente, veo la luna irritada
por motivos que no valen un centavo,
por palabras que me dicen soy un bravo
y al final, la repuesta es nada.
Si mis versos derriten las neuronas
es la forma que opaca la memoria
y al pasar la propia trayectoria
vuelvo y narro las prosas coquetonas.
Voy al paso que ofrece el laberinto
por las cosas que se pierden en mi sien
y no puedo reprobarlo por instinto
aceptando si es de mal o para bien.
Ya se acerca la pauta temerosa
en la sombra insólita rotunda,
ya se muere el prestigio de la rosa
en la mente más perversa y moribunda.
Así voy, con mi acento entrecortado
recitando las plegarias sin sonido
y me ahogo pensando desahuciado
que no tengo más motivos para olvido.
¡Oh mujer tan bella rigurosa
llévate mi silencio que es un tierno
que se pierde por motivos de una rosa
sin palabras que destruyen al infierno!
Hoy escribo la ruta sin acento
en la gaceta del pueblo marginado,
hoy recalco el tonto sentimiento
que muere por estar siempre a su lado.
Ya el viento va por tono marginal
narrando una pena que es sencilla
y oscurece en el lago de cristal
la gran historia escrita por Sevilla.
Yo he sufrido por mujeres como tú
que me hieren el alma sin razón
y me abrazo el intenso corazón
que poseo con las perlas del iglú.
Desahuciado llevo en manos unas flores
que son distintas del rostro sensitivo,
que ha humillado al mío sin motivo
por la rima que ofrecen mis amores.
Ya mis sueños despiertan a las fatuas
que son sabias por la gran luz del día,
esas horas que son mi filosofía
se me van estrechadas en las estatuas.
Y llegas tú, otra vez a suicidarme
los deseos que he llevado en mi cabeza
y afirmo que por naturaleza
mis sueños amenazan con matarme.
Voy limpiando el alma que es atroz
a lo lejos del compás que se derrama
al ver frente a mis ojos una dama
me pierdo en el camino más feroz.
Me dediqué a ganarte y te perdí
y te besé por caprichos, y, temores...
veo si no veo mi interior yo sin mí
y tú solo observas las pasiones y dolores.
Intenté olvidarte, más bien te recordé
Y tornando la mirada en mi presente
puse en mi rebozo diciéndole a la mente
que te odiaba. Y al final, me enamoré.
Y me fui internando delirado,
y me solté del tiempo desconcierto,
y me bañé en el lago sin cuidado,
y gélido volví a dormir despierto:
¡Qué sueño tuve que ni sé lo que pasó
durante la astucia discreta del temblor;
aquel que en mi cuerpo el amor consumió
mientras despertaba a pruebas de amor!
Voy limpiando mi conciencia de por vida
por amores que atormentan mi ternura,
voy sin rumbo con mi causa presumida
siendo un hijo de la gran literatura.
En fin, por negarlo a ser dolor
este sueño que destruye los excesos,
me he perdido en el camino de los besos
por rogarle las caricias a un amor.
[Samuel Dixon 27-05-2021]
- Autor: Samuel Dixon (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 20 de septiembre de 2021 a las 20:14
- Comentario del autor sobre el poema: Un poema dedicado a un amigo que ha sufrido de amor, y, un día tuvo la confianza de contarme la verdad. Yo, para que no se desilucionara de verdad le hice esta composición de su historia y fracaso amoroso.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 61
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮
Comentarios2
👍
Que puedo decir... hay más de 10 poemas.. aunque con el mismo dilema ... Ellas.
(De repente, veo la luna irritada
por motivo que no vale un centavo)👍
Buenos versos, - para copiarse-😃
Saludos y gracias por compartir
Gracias por sus comentarios. Saludos desde Nicaragua y, gracias por leerme.
La osadía de la mente. Pensar, entender, comprender y preparar para descifrar la palabra
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