Hoy pasé por tu casa,
pero las ventanas estaban vacías,
la puerta estaba arrancada
junto al cerrojo de tu misterio,
Y la llave que me diste resultó
ser la rama de una higuera sin fruto.
Hoy pasé por tu casa,
y recordé la primera vez que te visité,
con mi sonrisa de niño y voz de paloma
flotando sobre ti como halo de ángel,
renunciando a su poder divino
con tal de probar el sabor de la espuma.
Nuestro primer beso me vino a la memoria.
Ese primer beso del final sin inicio.
Ese maldito beso fulgurante
que sella la promesa de un dolor futuro.
Ayer pasé por tu casa;
estaba más lejos que la última vez
que mis pies me dirigieron a ella,
yo no, sino mis pies.
En medio de los matorrales
que crecieron en tu ausencia,
encontré un rosa blanca,
hermética de la peste de tu muerte;
esa rosa que solo brilla al amanecer
de la tormenta silente.
Hoy pasé por una casa,
dentro de ella vislumbré
a una sirena andante
que desplegaba sus alas
sobre el jardín,
para cuidar de un retoño
apenas plantado.
Al final me acerqué
y pude sentir el olor del mar
resonando junto a la voz
de la libertad, que agarra
y nunca olvida.
Pero quién sabe,
tal vez fui yo
el que nunca
se atrevió a tocar.
- Autor: The Black Goat ( Offline)
- Publicado: 28 de septiembre de 2021 a las 23:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 39
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