Me condenan a despedirme que es lo mismo que decir que me vaya.
Mi adiós es un imán que atrae otros recuerdos:
! la de tantos que por aquí llegaron!
Como un interminable río humano orillado en esta empresa.
Son gentes que laboran y pasan.
Y un día les dicen , o dicen:
-Adiós, o nos vamos.
Están perdidos en la subterránea conciencia de los despidos,
para que el trauma no aflore en neurosis.
Pero porque el destino es común,
la vida propia de cada uno.
Me despido sin tabús inconscientes,
y sin sentirme solo en mis sentimientos compartidos.
Volveré en algún sitio que aún no conozco a empezar.
El resto será igual.
A la misma hora pisarán los zapatos el mismo lugar bajo un cielo gris,
que se hunde en un suelo negro entre lunas que se alejan,
soles asomando sobre las terrazas, relojes girando alrededor de muñecas,
y parques solitarios que se pueblan de gente ahuyentando las palomas.
Monotonía de empezar, o de seguir de viviendo.
Si en mis palabras notáis dolor en mi despedida,
es porque sabéis que hemos nacido en este lado de la demografía humana proletaria,
criada en barriadas donde la vida choca contra lo muros de la desesperanza,
y solo tiene un camino común:
conseguir y mantener un empleo,
o sobrevivir en las calles huyendo de la policía.
El noble trabajo camaradas.
El que ya no trae a casa el pan nuestro de cada día.
Sino que el noble trabajo es una burla darwinista.
Una lucha psicológica entre gladiadores sucios y flacos,
donde se apuñalan por la espalda entre sí por sobrevivir en la empresa.
Solo queda camaradas reír melodramáticos y enloquecidos.
Sin culpa, sin dolor de conciencia, sin juzgarnos ,
de hacer este extra ordenado con la espada , la palabra, y la espalda del camarada.
ironizando en el oído del compañero que algún día se unirán para derrocar al César.
Hay una verdadera comprensión solidaria del que se queda con el que que se va
viéndolo con la misma tristeza , naturalidad y respeto
que los marineros con los albatros de grandes alas pasando meses volando,
siguiendo un barco perdido en la inmensidad en el océano.
Si tengo presente esta despedida,
es porque tengo conciencia del destino que nos aguarda:
Camaradas Sayonara.
Ángel Blasco.
- Autor: Angelillo de UIxó (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de septiembre de 2021 a las 07:18
- Comentario del autor sobre el poema: poema de despedida laboral, es una forma que no cuesta nada de dejar constancia en recursos humanos de tus emociones y sentimientos en la empresa, si se acuerdan de ti emocionalmente como en mi caso, siempre es más fácil que te vuelvan a llamar antes que a otro que pasa sin decir nada.
- Categoría: Sociopolítico
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: KalameetSauce
Comentarios1
Bravo sincero colega... ¡Hay que ir contra el sistema!, Buenas letras.
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