Hicimos un entrepiso a mis ganas,
Un espacio vistoso y angosto
Entre el cielo abierto de mi voracidad
Y el subsuelo húmedo de esta indiferencia.
De pronto, te quedaste sin palabras.
Aunque algo de lo dicho alcanzó-
Ya lo sabemos- para salvarme
De unas cuantas espléndidas verdades.
Vos corrías tu cara una y otra vez,
Esquivo y eficiente, respondiendo menudeces
Que nunca interesaron a nadie.
Por un momento, fue como si no pudiéramos
Ponerle más cuerpo a la suspensión;
Fue evadirnos hasta que las miradas dolieran.
Ahora hay en mis ganas un imprevisto entrepiso,
Casi como una forma física de la pausa,
Luminoso, a estrenar, hermosísima vista
Al vacío.
De un lado de la baranda, la muda súplica
De que tanta magia me permita un truco más
Y te haga desaparecer: nunca estuviste.
No más alegre angustia entre tus espectros,
Cortar la cuerda trapecista y elevar entre nosotros
Solamente un último muro muy gris
Donde “Prohibido fijar carteles”
(Y otras contradicciones).
Del otro lado de la baranda,
Una sustracción que haga coincidir el hambre
Con la hora de la cena,
Un olvido que no dispare a re-matar,
Un silencio de verano donde puedas volver
A pronunciar palabra,
A sostener la mirada,
A disponer tu cuerpo
Para que mi deseo los habite.
- Autor: Necrofagotimes (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de octubre de 2021 a las 09:24
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 21
- Usuarios favoritos de este poema: Texi, El otro yo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.