El mío y el tuyo.
Fueron nuestras almas que cruzaron
que en virtud de sentimientos tan reales,
al alud de las caricias tan vivaces
por primera vez se sosegaron.
Fueron nuestros corazones que latieron
que al mirarnos se funden en calor,
y no esperamos los besos en candor
pa' las caricias que por nuestro ser nacieron.
Ahora nuestros labios chocan entre el gentío
y se encuentran en un duelo,
la pelea acalorada antes del desvelo
con tus latidos pegando justo en el mío.
Y nos desatendemos de la muchedumbre
al calor de las caricias,
y continuamos el desfile de la dicha
de tocar nuestras almas por costumbre.
Y mis manos lentamente se percatan
del desfile de tus pechos que desatan,
las pasiones justamente exactas
mientras mis labios a los tuyos por segunda vez atacan.
Y ahora me percato de un erótico y leve murmullo
que eleva mucho mas mi orgullo,
tus gestos suplicantes le abren cual capullo
a el mío que combina justamente con el tuyo.
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F. Martínez
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