Venero lo venerable
de mi dormitorio y aledaños.
Lo increíble de tener cuarto
y la rareza de poseer papelera
y cubo de las basuras. La impagable
certeza de que estarán ahí
cuando ya tarde regrese de la calle.
La tristeza la desalojo, no quiero
ocupas en mi corazón andariego,
siempre presto a la tormenta, siempre
llano y conciso. Las puertas, los baños,
los adornos hechos a mi medida, me
seducen sin engañarme los sentidos.
Son como viejas arañas que siempre
esperan y me esperan, tumbadas a la
escasa luz que entra por la ventana.
Veo mi corazón; no es de cristal ya,
tampoco de grafito. Es más, duro
y viejo como un campo de fútbol,
como los maizales de los ríos.
Veo mi mente; silenciosa a veces,
aunque transformada en un tumulto
de ecos y resonancias.
Es como ver crecer a un niño.
Como ver remontar el vuelo
a un anciano postrado-.
©
- Autor: Ben-. ( Offline)
- Publicado: 6 de octubre de 2021 a las 02:18
- Categoría: Espiritual
- Lecturas: 26
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Alexandra L, Lale Neda, 🖤🍃Meigajaz ☯💞, alicia perez hernandez
Comentarios2
Nos sustraemos un momento a lo material...y vemos en ellos cobijo ...están allí y no solo nos dan sentido de pertenencia sino seguridad. Me gustó tu visión. Abrazo del alma
Sí, querida Lale, los objetos y demás material físico y tangible, nos permiten adueñarnos de una pequeña porción de este mundo absurdo y caótico, pienso. Muchas gracias y un abrazo fuerte!!
Nuestro espacio y universo es vital, todo lo insustancial va sobrando.. En nuestro alijo diario solo debemos cargar las sencillas cosas que nos hacen feliz... Gracias querido amigo...
Abrazos infinitos...
Jaz
Muchas gracias Jaz. Un fuerte abrazo!!
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.