Para qué diferir la inminente muerte,
Si aventamos nuestras horas al abismo.
Se nos escurren los segundos, así mismo,
La lozana aurora, corre la misma suerte.
Recogí céfiro mohoso. En la tarde deserté.
Mi cuerpo oxidado, como vacío corolario,
Mis carnes, peor que inertes, sin glosario.
Forjando quimeras, mi joven vigor entregué.
- Autor: Sierdi (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de octubre de 2021 a las 22:38
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 35
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Classman, Ann🌼, bonifacio, alicia perez hernandez, Freddy Kalvo
Comentarios1
Difícil es comentar algo tan intimo y desgarrador,pero al menos hay un aliento para salir de ese entorno y volver a volar feliz.
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