Otro poema de amor

Siempre está 
tan radiante.
Tersa de aire.
Tiene un goterón
sombrío en sus ojos,
que me incita a nadar
en mi bullido corazón.
Provoca un vaho bermejo
en cada oído despierto.
Y su piel constelada,
nos encabrita hasta 
desnudar tiempos pasados
que yacen en nosotros.

Es tan linda que empiezo 
a imaginar cómo sería 
estar detrás, olvidándome
de mi para convertirme 
en su lugar. 

Pero ¿cómo podría besarla,
si no tendría mis labios cerca?
Pero ¿cómo podría 
enamorarla, sino es
escribiendo otro
poema de amor?

Entonces canto un verso de
otro poema de amor que te
escribí, mientras me río
enlutado en mi habitación.
El fantasma de un húsar 
ríe sin parar, por verme
desamparado en mi propia
sensación. 

Aquí estoy otra vez 
para destrenzar mi pecho,
y flotar por esta riada 
con mi piel de fieltro,
y ser la llama que penetre
el malecón de tu cuerpo.