Viniste de repente, para raptarme,
del refugio confortable que yo vivía,
me fuiste desnudando, día a día,
sin nada más con qué arroparme.
Abriste mis ojos, sin saber,
que el camino podría ser un calvario,
mirándome en el espejo a diario,
viajando lentamente hacia otro ser.
Entre la inseguridad y el temor
mis debilidades se transparentaban,
como cartas de amor que mataban,
y las hojas marchitas de una vieja flor.
Aparecieron tantas puertas inciertas,
y sin saber, cual era la más oportuna,
centenares de vacilaciones y lagunas,
que fluyeron hasta abrir las compuertas.
Me apeaste en la estación de la juventud,
entre campos de mayor tranquilidad
donde se cosechaba la serenidad,
donde tú, perdiste toda la plenitud.
José Antonio Artés
- Autor: José Antonio Artés (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de octubre de 2021 a las 12:10
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Ben-., Mauro Enrique Lopez Z.
Comentarios1
Así llegan los retos sin ser esperados.
Cierto, las sorpresas pueden asustar…
Y, a veces, hay que jugar a los dados.
Dudas y preguntas: ¿Me viene a amar?
La sorpresa puede ser una realidad,
¡Y aunque surjan el miedo y la duda,
¡Nada frena que a sus brazos acudas!
******
Una segunda lectura me trajo acá...No recuerdo lo que escribí primero, pero estó es lo que me vino a la mente ahora. Saludos...Sí, y si me detuve, fue porque que me llamó la tención.Saludos poeta.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.