Me retiro a mi soledad eterna.
Enciendo esta noche una linterna
entre el frío que por esta ventana
entra a borbotones, como mi alma
en la muerta materia desvencijada
haciéndola jirones de blanca niebla.
Me retiro a mi soledad eterna,
aunque nunca daré por perdida
aqueya estreya que briya a oriyas
de mi vida, entre marea y arena...
Me voy volando al alba al despertar
a esta realidad tan extraña,
que se sueña, es la verdad...
Me voy flotando en una ola enfática,
a toda velocidad, cortando las aguas,
y la gran distancia que nos separa igual.
Me cuesta olvidarte: es duro
de romper el enlace del recuerdo
de todo aqueyo que sentimos juntos...
La vida es un justo juego,
y vencimos al tiempo adversario
amándonos mucho, quizá demasiado...
Me desperté hoy con el trino
de un pájaro, en el que me he convertido
para perder el peso del pasado,
volar ligero en el viento, buscando un árbol
donde parar a descansar mis alas
y cantar en alta voz al Sol esta balada...
La tristeza es tremenda,
mi alma se pierde entre la fronda espesa,
una buena sombra me da la bienvenida,
desemboca mi vida en tal poesía
que prendada a mi quedó
cual las espinas de tu rosa,
pero lo siento, esto es todo...
Reinante la madreselva embelesada,
el beso de la hierba en mi piel de estreya,
el yanto de los astros cayendo a tierra,
la verdad de la vida vista en esta mirada
al ser atravesada por una blanca saeta,
la Luna nívea que levita a tanta distancia...
La yuvia pulcra cuando el alma depura
y la desnuda de toda sombra y vestidura,
la luz intensa que piensa en su altura
a la aurora purpúrea, abreviatura inmensa
del Amor entre el Sol y la Luna,
la autoridad según la que la tierra se crea,
ley inquebrantable: ángeles la ejecutan
y velan por la seguridad de natura y su sistema
- Autor: Romey ( Offline)
- Publicado: 17 de octubre de 2021 a las 10:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 37
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