La vi de lejos, allí estaba, con sus rámas casi sin hojas, la mayoría con los colores del otoño. Habia que bájar, por una gran pendiente, para poder llegar, hasta la vaguada, dónde se encontraba. Lo conseguí, aunqué para ello tuve que arrastrar mis posaderas,por miedo a caerme y bajar rodando ladera abajo.
Cuando por fin llegue hasta ella. Comprobé, que algunas, de sus retorcidas ramas.Llegaban casi al suelo y fui trepando por ellas. Para poder acceder a las mas altas.
Pues era allí dónde se encontraban, sus únicos frutos. Unas brevas negras y hermosas, que prometían, se un placer para el paladar.
Una vez llegue, a la rama mas alta.
Parecía como si las brevas, hubieran desaparecido,por arte de magia.
Ya me disponía a descender del árbol.
Cuando las vi de nuevo. Tuve que hacer algunas maniobras, pero por fin lo conseguí, eran seis, casi del tamaño de un puño y en su justo grado de maduración.
Las fui degustando, alli mismo y cuándo terminé, descendi, una vez llegué al suelo le di las gracias a la higuera y la abracé.
- Autor: Teremar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de octubre de 2021 a las 16:21
- Comentario del autor sobre el poema: Una anécdota de un dia de campo. Abrazos a tods
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Martha patricia B, Jorge Horacio Richino, Lale Neda, María C., alicia perez hernandez
Comentarios5
Buen provecho le hicieron tan jugosos higos. Sentí envidia del disfrute.
Jeje y yo también, pues estaban tan altas que no conseguí cogerlas, solo con la imaginación.
Un abrazo
Valió la pena el riesgo!
Hermosa aventura!
Un gran abrazo!!!
Un abrazo Jorge y si miras mi anterior comentario, sabrás que paso de verdad.
Me imagine cuando disfrutabas de esos higos..... Jaja esos seguro mas sabrosos que haberlos comprado en un super.... Me agrado tu relato... Abrazo del Alma.
Seguro que si, cualquier cosa, en su punto, cogida del arbol es mas sabrosa.
Abrazos
Oh me has hecho recordar las veces que he subido a la higuera del lugar donde pasaáamos el verano.
Que buenas estaban y las ciruelas lo mismo, y mandarinas, las robábamos del campo vecino, para comerlas algunas ciruelas verdes y todo.
Un abrazo
Jajaalja si todos lo hemos echo de niños
En este caso, esta en un lugar publico.
Y claro solo le quedaban higos en lo alto.
Me quede con las ganas...
Un abrazo María
Mmm que mangar tan rico degustaste mi reina bella, mi Tere del alma mía, Se me antojaron así como tus bellos versos que son pasión lo que nos compartes.
Abrabesos y apapachos bonitos
Si, si eso me habría gustado.
Un abrapapacho mi querida Alicia
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