Madre estos versos son comunión
Del cariño y la ostia del tiempo
Están más allá de la línea
Entre la vida y la muerte
Ausencia es solo de los cuerpos
Los espíritus respiran bendecidos
En la sublime entraña de sus afectos.
Mis indomables melancolías
No se cansan de viajar
Se tornan peregrinas
Para desvelar las sombras
Con la infinidad de la ternura
El manto humilde de su regocijo
La paz de la bondad.
El pueblo y su aroma
La vereda y su esquina
Nuestra complicidad hecho risa
Agradeciendo al sol y el cielo
Sin preguntar a la creación
Cuantos momentos tiene la dicha
Y cuál es el rato del adiós.
La profundidad de la vida
Tiene sus afanes celestiales
Sus luces incomprensibles
Las ofrendas del horizonte
A la libertad de la lluvia
Sus colores son los tuyos madre
Resucitan en cada andar de la tarde.
Los gatunos ojos de la noche
Se asoman a la ventana
Tienen el verde de los campos
El parpadear de los duendes
Seduciendo a la luna
En las estrellas hay un eco
Arrullando a la cuna.
Las palabras no alcanzan
Para pagar deudas de los incrédulos
Las oraciones son el rio del amor
Tributando sus deidades
Es un espectro dulce y apacible
Fecunda y germina al hombre
Es el principio donde habita su madre.
EH 27.10.2021
- Autor: ENRIQUE HORNA ( Offline)
- Publicado: 26 de octubre de 2021 a las 09:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 29
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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