Ataviada con solo 6 años, las osadías y juegos no dejaban espacio al sosiego, obviando las regañinas de su madre. En el mundo infantil las travesuras no solo derogan las reprimendas, sino también las carencias y los lamentos.
Aquél día jugaba con otras personitas poco mayores ella, retándose a saltar la cuneta junto a la carretera y llevar con prisa piedras al otro lado. En los humildes años cincuenta aquella carretera rural no estaba apenas transitada. Pero, sin previo aviso, los astros se alinearon y un coche apareció de repente, justo cuando los pequeños audaces cruzaban. Chirriar de frenos y silencio.
Mudez de paralizados niños, confusión de mayores buscando a sus retoños. Una mujer joven cayó desvanecida. La niña más pequeña no estaba entre el resto niños, que seguían de pie mirando perplejos al coche.
-¡Mamá, mamá!-, las palabras salieron con ansiedad de boca de la niña, saliendo bajo el coche y corriendo entre el asombrado corro de mujeres. Enseguida la palparon, comprobando que no tenía ni un rasguño.
-¡Milagro!-, gritaron voces exaltadas.
El agradecido pueblo en pleno peregrinó a la ermita, presidida por una Virgen sonriente con su Niño en brazos.
Carmen Arjona
- Autor: Alborear (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de octubre de 2021 a las 16:38
- Categoría: Fecha especial
- Lecturas: 43
- Usuarios favoritos de este poema: Paco Jose Gonzalez, 🖤🍃Meigajaz ☯💞, Alberto Diago, alicia perez hernandez
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