Danzan las ramas
por culpa de la brisa
y del nordeste.
Baile sin nombre
que estira sus siluetas
ante mis ojos.
Siempre me asombra
el dulce movimiento
de estas figuras.
Danzan las olas
que mueve la resaca
junto a la playa.
Es otro baile
y el yodo y el salitre
van de la mano.
Un manto blanco
estira su ternura
hasta la arena.
Bailan las sombras
que llegan a las almas
con tantas dudas.
Son las preguntas
carentes de respuestas
a tantas cosas.
Pero este baile,
sombrío y silencioso,
debo bailar.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/07/21
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 29 de octubre de 2021 a las 08:19
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 34
- Usuarios favoritos de este poema: Paco Jose Gonzalez
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