Nuestro nido de amor eterno.

Escribo letras que se convierten en amorosas palabras,

Un romanticismo misterioso nos envuelve y pasa,

Hace que se junten nuestros labios, que se abracen nuestras almas,

Hace que queden nuestros corazones en calma.

Besos y abrazos nos damos en una espontánea oleada,

El amor a nuestros corazones nos llega, mi princesita soñada,

Tan hermosa como siempre que no puedo dejar de mirarla,

Es tuyo mi corazón, Dios sabe que no puedo dejar de amarla.

En tus brazos soy tan feliz, estoy muy contento,

Porque es nuestro un infinito amor, el más inmenso,

Tú y yo siempre seguimos el mismo rumbo,

Es nuestro todo el amor del mundo.

Disfrutamos dándonos besos debajo del laurel,

Mientras juntos miramos el decreciente atardecer,

Mientras le damos pequeños sorbos a nuestro café,

Poco a poco, tras las montañas, el sol comienza a caer.

Salen las estrellas una por una incesantes,

Se miran como brillantes y pequeños cristales,

Todas como granitos chiquitos de arena,

Todas se ven tan luminosas e iguales.

“La tarde se vuelve lentamente oscura y fresca como noche de invierno, nos dan calor nuestros cuerpos, caminamos abrazados hacia nuestro nido de amor eterno, donde tú y yo, en la soledad de nuestro amor del mundo nos perdemos.”