Una de esas frías noches de negrura azabache
le imploré a las tinieblas
que el insomnio se apoderara de mi.
Que me envolviera en el manto de seda que cobijaba tu cuerpo.
Y nos fundiera en una noche sin amanecer,
sin relojes,
sin despertadores indeseados.
Pidiéndole al sol que el amanecer nunca despertara.
Porque para esa noche,
el mañana nunca debería llegar.
Ingerir el brebaje de tu pasión hasta la saciedad
y probar la poción de tu fogosidad hasta embriagarme
antes de que sucumbiera la noche
Era mi deseo ardiente cual volcán en erupción.
Para sentirme mártir de tus pasiones terrenales.
Quería que tu piel consintiera mi cuerpo
como la noche a la tormenta
Y en el alocado frenesí en que nos fundiríamos
entre gemidos de emociones en la oscuridad de esa noche apasionada.
Tu me entregarías las partituras de tu melodía
y yo entonaría mi mejor sinfonía.
- Autor: juan sarmiento buelvas ( Offline)
- Publicado: 29 de octubre de 2021 a las 22:40
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
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