Soneto

Viejas y ajadas aguanta ya sus velas
esta barca que me sostiene y achico
un mar de lágrimas invisibles habito
desmadejada es mi mancha en la/ acuarela.

Violento jazmín que la muerte revela
surco en océano de dolor infinito
oculto en mi alma el silencio es su grito
sacude mi marchita nave la tormenta.

Atado al timón navego muerto en vida
como el príncipe al abismo destronado
agostada mi alma a todo un mundo/ asida

como al clavo frío, inerte y oxidado
que navego para morir en la orilla
de mi corazón a tu universo anclado.