Permitidme presentarme: mi nombre es dios de Poesías. Soy creador de sueños y fantasías. Mis dedos normalmente exudan letras bañadas en rimas, de esas que son capaces de perderse no en cualquier cuerpo, más allá de aquél que siempre estima.
Estoy acostumbrado vivir mi propio mundo;que me acompañen en él las musas de esta vida. Ahí de rey paso a ser vagabundo para enriquecerme luego con el ardor caliente de sus sacudidas.
Ámame si quieres; no temas perderte en mi mundo de fantasías; si eres hombre te imaginarás en mis palceres; siendo mujer hipontízate con tu voz de dulces melodías.
A veces suelo perderme; mi universo se extravía más allá de los ojos de mi propia musa. Ahí es en donde he querido siempre enloquecerme al finalizar mi vida inconclusa.
Qué importa los momentos; nuestro poético reloj a veces pierde sus segundos de vida. Sabemos que los encontraremos en los ojos de nuestro dulce tormento; de esa persona para nosotros consentida.
Ódiame si te da las ganas; hasta yo me aborrezco de maneras repetidas; mas, sabrás perderte conmigo como si perdieras tus calmas para encontrarte luego en tus propias rimas concedidas.
Soy un poeta, de esos que no se creen más; mis versos han de convertirse en caricias como un atleta para su meta para luego disfrutarlas en el sabor de los labios de mi musa audaz.
Soy ese poeta; a veces me siento pequeño para esta palabra, mas, siempre en mis sueños he de ser profeta para predecir mis actos en su piel que me descalabra.
Soy ese poeta, y creo que no diré más; ámame u ódiame según larguen tus atardeceres, que yo de seguro por tí he de despertarme en mis amaneceres.
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